Cuando gritamos a alguien más, sea nuestra pareja, un amigo o simplemente a otra persona, estamos incitando a que haya un conflicto que se puede tornar complicado.
El hecho de juzgar a alguien, sea cual sea el motivo, nos acerca a enfrentarnos a un conflicto interpersonal.
Golpear a alguien es una forma agresiva de demostrar desacuerdo, es la forma más clara de buscar un conflicto, tanto emocional como físico.
El engaño es motivo de conflicto porque herimos y decepcionamos incluso a quien nos quiere.